Arthur Bishop (Jason Statham) es un asesino a sueldo con un estricto código de honor y extraordinarios talentos. Cuando una agencia del Gobierno de Estados Unidos contrata al “mecánico” para que elimine a un espía renegado o a un empresario corrupto, pueden dormir tranquilos sabiendo que la muerte parecerá un trágico accidente o producida por causas naturales. El mecánico estudia su objetivo antes de eliminarlo para asegurarse de evitar incidentes internacionales y contener cualquier posible escándalo.
Pero Bishop ha llegado a un punto en su carrera en el que siente que ya ha tenido suficiente, que está listo para retirarse y vivir de los considerables fondos que acumula en su cuenta del banco e intentar llevar una vida normal. Por desgracia para él, el destino tiene otros planes. De modo que, cuando se reúne con su colega de toda la vida y único amigo, Harry McKenna (Donald Sutherland) para un último trabajo, no tarda en recibir su encargo, solo para descubrir que su objetivo resulta ser el propio Harry. Naturalmente, Harry no tiene ni idea hasta que, una noche, su despacho se queda sin luz y, mientras baja al aparcamiento, se da cuenta de que alguien lo acecha. Al llegar abajo, Bishop decide encararse con él. En ese momento, ambos saben lo que Bishop tiene que hacer.
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